Bienvenidos
Colegio Técnico
Benjamín Herrera
Área de Ciencias
Sociales, j.t.
Educación
religiosa, 10°
El ateísmo
existencialista: Sartre y Heidegger
Actividad: historieta
Semana 8-12 de
junio
Actividad
1. Leer con atención el siguiente texto. A
partir de su lectura, en cuaderno, realizar una historieta que tenga como tema “El ateísmo existencialista: Sartre y Heidegger”,
definiendo primero, que es el ateísmo existencialista, y cuáles son los
fundamentos ateos existencialistas de estos filósofos.
Para ello, en se divide una o dos hojas del
cuaderno en, al menos, doce cuadros; en cada cuadro, una escena del tema que se
va a tratar, con los diálogos respectivos; añadir color y darle un nombre.
El ateísmo
existencialista: Sartre y Heidegger
El término ateísmo
existencialista, hace referencia a la exclusión de cualquier creencia
trascendental, metafísica o religiosa desde un pensamiento filosófico
existencialista. El existencialismo ateo
no puede nunca compartir elementos (por ejemplo, la angustia o la rebelión a la
luz de la finitud humana y las limitaciones) con el existencialismo religioso
ni otros existencialismos metafísicos. El existencialismo
ateo confronta la ansiedad por la muerte sin apelar a la esperanza de ser
alguien salvado por Dios (ni otras salvaciones metafísicas como la
reencarnación). Para algunos pensadores, el malestar existencial es sobre todo
teórico (como lo es con Jean Paul Sartre), mientras para otros filósofos
se ven muy afectados por la angustia existencial.
El ateísmo
existencialista: Sartre
Según Sartre la existencia precede a la esencia,
lo que significa que, primeramente, existe el ser humano.
Si el hombre, tal y como el existencialismo lo concibe, es
indefinible, es porque al principio no es nada. Solo después será algo, y él
mismo habrá hecho lo que será. No existe la naturaleza humana, ya que no hay un
dios que la conciba. No solamente el hombre es lo que se concibe a sí mismo
ser, sino que también es únicamente lo que quiere ser después de este impulso
hacia la existencia. Para Sartre, el hombre es “existencia”; es absoluta libertad. La
existencia de Dios impediría esta libertad; luego, no puede existir Dios.
Según Sartre, “El existencialismo ateo que yo represento es más coherente.
Declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser
que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, o como dice
Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a
la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en
el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el
existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo
será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza
humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo
es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe
después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la
existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer
principio del existencialismo.”
(Jean
Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo, Sur, Buenos Aires, 1973).
El ateísmo
existencialista: Heidegger
Para el filósofo
alemán, Martín Heidegger (1889-1976),
el problema de Dios es distinto, en cuanto se pregunta por el ser. El ser sólo puede ser pensado, redescubierto, desde el hombre, que
supera todo ente individual, pero no en orden a un Dios, sino en orden a un ser, como horizonte de todas sus
facultades: entender, conocer, etc., entendiéndolo como un Dasein, un “ser-ahí”, un estar
saliendo de sí mismo hacia el ser. Se esfuerza por superar la metafísica
tradicional y ante el problema de Dios es cauteloso.
Sobre la posibilidad del conocimiento de Dios por el hombre, piensa que
“sólo puede presuponerse si la naturaleza del hombre permanece íntegra después
del pecado”, porque el hombre anterior a la caída “hubo de tener un
conocimiento superior de Dios en virtud de un donum superadditum (un
don sobreañadido). El hombre pierde este “más” por el pecado, pero no pierde el
estar situado ante Dios, y esto es lo decisivo”.
Sin embargo, la cuestión de Dios está excluida en Ser y tiempo, obra principal de Heidegger; pero no hay que
desconocer que desempeña una función en su pensamiento desde el principio. Aquí
se puede obtener una idea del papel de la teología en el pensamiento de este
filósofo.
Por eso. La frase: “mi filosofía es estar a la espera de Dios”, parece
definir la concepción de Dios en este filósofo. “Heidegger confiaba que un día
la noche del eclipse de Dios sería superada y aparecería un nuevo Dios
a la luz del ser”.
En resumen,
Heidegger, en lugar de hablar de Dios,
habla de Ser. El sentido de la
palabra es rechazar las imágenes, rechazar cualquier tipo de fijación en
imagen. Utiliza Ser en lugar de Dios como negación de un contenido
concreto.
No es un Dios
concreto; no un algo que pueda estar ahí en frente; no es algo que pueda ser o
que se pueda adorar, no es algo en el sentido de Feuerbach. Es una palabra de
negatividad, de crítica, para deshacer imágenes. Esta palabra es la realización
de un movimiento de negatividad, es el rechazo a lo fijo. De ese algo quizá se
puede decir que es, pero no que sea. Opera sólo como negatividad.
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