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martes, 13 de octubre de 2020

Actividad de comprensión Para cuestionar a Freud. Educación religiosa, 10º

Un gran saludo. Bienvenidos

Colegio Técnico Benjamín Herrera, IED

Educación religiosa, 10º

La religión, vista desde la psicología: Sigmund Freud 

Semana 13-16 de octubre

Actividad de comprensión

Para cuestionar a Freud

 

Instrucciones

1. Para realizar esta actividad, debemos leer nuevamente el texto, y examinar con cuidado la postura de Freud frente a la religión (para no caer en opinión, pues debemos estar bien documentados para poder sustentar).

 

2. Con base en una de las preguntas del anterior trabajo (¿cuál es su punto de vista sobre el concepto de Freud respecto a la religión?), realice una caricatura, defendiendo a Freud o satirizando su pensamiento.

Freud y la religión

La religión fue un tema central en Freud. Lo demuestran dos de sus más grandes hitos intelectuales: Tótem y tabú (1913) y Moisés y el monoteísmo (1938). Aunque se reconociera como un ateo empedernido o creyera que la idea de Dios era insostenible, creció en una familia judía religiosa y estudió en la sinagoga local durante su infancia.

Freud consideraba que la religión era una neurosis que, en ocasiones, se acercaba peligrosamente a la locura.

La religión fue un tema central en el pensamiento freudiano. Lo demuestran dos de sus hitos intelectuales: Tótem y tabú (1913) y Moisés y el monoteísmo (1938).

Aunque se reconociera como un ateo empedernido o creyera que la idea de Dios era insostenible, creció en una familia judía religiosa y estudió en la sinagoga local durante su infancia.

Freud consideraba que la religión era una neurosis que, en ocasiones, se acercaba peligrosamente a la locura. Para el médico vienés la religiosidad era una amenaza para la libertad y la verdad, en última instancia, para la felicidad de los seres humanos.

En El futuro de una ilusión lo expresaba con claridad: «[la religión es una] neurosis obsesiva universal de la humanidad; ésta surgió, igual que la neurosis obsesiva de los niños, del complejo de Edipo, de la relación con el padre». O, lo que es lo mismo, la pensaba como una ilusión que intentaba cubrir los deseos más primitivos de los seres humanos.

No es exagerado decir que toda su aproximación al hecho religioso se concentraba en aplicar a este fenómeno sus hipótesis sobre la psicología de la persona. Es más, sus propios trabajos sobre religión descansaban en la existencia de una herencia primitiva en la humanidad.

Esta creencia contrastará, paradójicamente, con sus aceradas críticas al inconsciente colectivo jüngiano. En Tótem y tabú, por ejemplo, analizaba la evolución etnográfica de las sociedades humanas a través de la psicología de sus pacientes neuróticos.

De esta forma, entendió que la prehistoria estaba dominada por un padre tiránico que debía ser asesinado por sus hijos para eliminar sus derechos exclusivos sobre las mujeres del clan.

Por su parte, la protohistoria sería el período del olvido del parricidio y la veneración del padre sobre un animal, que en la historia se convertirá en el tótem, divinizando la figura del Padre originario. Es decir, detrás de la religión estaba la experiencia de la culpabilidad originaria de la humanidad.

A veces parece como si no se pudiera hablar de nada sin tener en cuenta que Freud existió y que el psicoanálisis es su legado. No entiendo la fijación de tantos que, de una manera u otra, terminan volviendo a Freud.

Y es que, pese a estas invocaciones constantes, Freud no ha trastocado de manera notable la manera de entender al ser humano, salvo la antropología de un grupo minoritario que se reconoce en los planteamientos psicoanalíticos. Sus ideas recorren banalizadas nuestras sociedades, pero ya como mitos vacíos de sentido.

Aunque el siglo XX fuera un siglo pretendidamente freudiano –porque no se pueden entender muchos de los hitos socio-culturales que lo marcaron sin el psicoanálisis, se quedó en los debates del mayo del 68 mientras el mundo se encaminaba hacia otro lado–, habrá que ser conscientes de que la propuesta se asienta en las mentiras (¡y no es una exageración!) originales de Freud.

Cada vez son más los especialistas que señalan los engaños y amaños del psicólogo vienés para construir una propuesta terapéutica rompedora.

Pocos dudan de que, a pesar de la cerrazón de los archivos de Sigmund Freud, el psicoanálisis se construyó sobre comportamientos éticos dudosos y pruebas que no resistían un estudio serio. Poco a poco lo vamos conociendo.

Además, asentó su teoría sobre la gente a la que reconoció, todos ellos enfermos, y extrapoló sus conclusiones al resto de la especie.

Como Mario Bunge ha señalado en diversos estudios, el psicoanálisis es una pseudociencia por sus deficiencias analíticas que le acercan más a la charlatanería que a cualquier otra disciplina.

Quizá sea una afirmación muy dura. O no tanto, el poeta Tomás Segovia que consideraba que el psicoanálisis era más una religión que una tendencia en psicología.

Es más, cuando uno se acerca a los más recientes estudios de la psicología experimental o de la neurociencia puede descubrir como las tesis psicoanalíticas, como podrían ser los complejos de Edipo y Electra, no concuerdan con lo que hoy sabemos científicamente.

Como una de las cumbres del proyecto ilustrado, el psicoanálisis se mueve entre el racionalismo y el irracionalismo. Y formaría parte de esa tradición monista occidental que tanto interesaba y desagradaba a Isaiah Berlin.

Sus posicionamientos se ganaron a un público que se encontraba deseoso de ciencia, pero que también les terminaba por arrojar a los brazos de la experimentación espiritistas y otras pretendidas heterodoxias espirituales cientifistas.

Pero como hijo de su tiempo, hay elementos que se derivan de estos planteamientos centrales que son tremendamente discutibles. De hecho, por poner un simple ejemplo, sus teorías sobre la mujer como homme manqué también tuvo su repercusión en el acercamiento a la religión del psicoanálisis.

Como para muchos de sus contemporáneos, Freud consideraba que la religiosidad era cosa de mujeres, mientras que el ateísmo era una forma saludable de ser humano masculino. Las bases son demasiado endebles.

No hace falta regresar a Freud para tratar temas como la culpabilidad o la angustia. El principal problema del freudismo es que utilizó una jerga particular con la que no se puede establecer un diálogo con el resto de las ciencias sociales y, además, donde cabe todo a veces.

Como la mayoría de sus críticos destacan, el psicoanálisis se basa en afirmaciones irrefutables que no pueden ser falseadas científicamente.

El pensador judío Gersom Scholem confesaba que, cuando criticó al psicoanálisis en cierta ocasión, se le contestó que «no se podía juzgar de manera abstracta, que quien no ha practicado el psicoanálisis no puede juzgar al respecto». No creo que sea una anécdota sin más. El psicoanálisis, probablemente, sea uno de los proyectos más acabados del pensamiento monista del siglo XX. Y esto no es decir poco.[1]

 



[1]. Joseba Louzao. “Freud y la religión”. Disponible en: https://www.fronterad.com/freud-y-la-religion/


Actividad de comprensión Volver la mirada a la historia. Ciencias Sociales 7°

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Ciencias sociales, 7°

Para comprender la conquista de América 

13-16 de octubre 

Actividad

de comprensión

Volver la mirada a la historia

 

Instrucciones

1. Vamos a imaginarnos que regresamos al tiempo en que ocurrieron estos hechos. Estando allí, ¿qué le diríamos a uno de los personajes que se mencionan en el texto?

 

2. Mediante un dibujo se puede representar lo que se le diría al personaje, en viñeta y con diálogo y, por supuesto, en cuaderno.

Para comprender la conquista de América

I. ¿Qué sucedió tras el llamado “descubrimiento” de América?

El llamado “descubrimiento” de América trajo consigo la realización de numerosos viajes de exploración. El pequeño territorio que Cristóbal Colón había visto era parte de un enorme continente desconocido por los europeos.

Los viajes dieron inicio a la conquista de América y a la apropiación y explotación de las nuevas tierras por parte de las potencias europeas, especialmente por aquellas que tenían costas sobre el océano Atlántico (España y Portugal).

II. La fundación de ciudades

Ya en continente americano se dio inicio al proceso de fundación de ciudades. Para fundar una ciudad se clavaba una cruz cerca de la picota donde se proyectaba la construcción de la iglesia principal. 

La picota era un tronco que se clavaba en el suelo y simbolizaba la justicia. Se ponía en el sitito donde más adelante estaría la plaza.

Una vez que se establecía cuál era el sitio adecuado, se hacía un plano del lugar, que determinaba dónde se situarían el fuerte, la iglesia y la plaza. Luego, se repartían los solares por orden jerárquico.

El fundador y los personajes más encumbrados se quedaban con los solares cercanos a la plaza.

El fundador realizaba una apropiación simbólica del sitio cortando un haz de hierbas; luego, retaba a los presentes a que le impidieran llevar a cabo ese acto.

Por último, levantaba la espada y bautizaba al lugar con un nombre cristiano. El español y el portugués fueron las lenguas que se impusieron en estas tierras, y la religión católica, la única oficialmente aceptada.

En la mayoría de los casos las ciudades se fundaban en sitios a los que era fácil llegar en barco.

III. Los pros y los contras de la conquista

Gracias al “descubrimiento” y a la conquista, Europa desarrolló técnicas de navegación, creó nuevas rutas marítimas y nuevos puertos, perfeccionó las cartas geográficas y se produjo un auge en la economía española.

Las consecuencias para América no fueron muy beneficiosas: se propagaron enfermedades que no existían en la región, se destruyeron las civilizaciones existentes y los pueblos nativos debieron servir al hombre blanco.

IV. Esclavos nativos e importados

Desde el momento en que los españoles llegaron a América, la población nativa comenzó a mermar. Las causas fueron muchas; entre ellas, los enfrentamientos y los trabajos excesivos, a los que los aborígenes no estaban habituados. Los conquistadores remediaron la situación llevando esclavos africanos a la región.

V. A la conquista de los imperios americanos

En 1519, un grupo de hombres comandados por Hernán Cortés llegaron a la costa mexicana y al cabo de tres años conquistaron el Imperio azteca, una de las más grandes y ricas civilizaciones americanas.

Los españoles contaban con sofisticadas armas de fuego (ballestas, morteros, cañones) y también con caballos y perros de presa, animales desconocidos por los nativos.

La conquista del Imperio inca, por parte de Francisco Pizarro, afianzó la dominación española en la región. En Colombia ocurrió lo mismo con los muiscas, una sociedad avanzada y pacífica que habitaba lo que hoy son los departamentos de Cundinamarca y Boyacá: Gonzalo Jiménez de Quesada, en menos de dos años, acabó con esta cultura, sometiendo posteriormente a los sobrevivientes.

VI. Consecuencias para el continente americano

La llegada de los españoles a América generó grandes cambios en la forma de vida de las sociedades y en el paisaje del continente americano. Entre estas transformaciones destacan tres aspectos principales.

a. Nuevas relaciones de poder

Los grupos indígenas tenían maneras de relacionarse entre sí bastante complejas, que incluían conflictos, pero también formas de solidaridad e intercambio, que se perdieron con la llegada de los españoles. Sus sistemas políticos y organizativos desaparecieron, lo cual produjo una pérdida definitiva de su soberanía.

Los indígenas fueron tratados como seres inferiores y su naturaleza humana en muchos casos fue desconocida, por lo que se les negaba tener derechos similares a los que poseían los europeos.

b. Nuevas ideas y estilos de vida

La economía indígena y sus sistemas sociales fueron desarticulados y sus tradiciones religiosas duramente atacadas por el catolicismo. De igual forma, sus perspectivas sobre la vida se modificaron drásticamente.

Desaparecieron muchas lenguas autóctonas y se impusieron los idiomas europeos. Fueron destruidas numerosas producciones culturales de los pueblos nativos, como obras de arte, artesanías, ciudades, templos y monumentos.

c. El mestizaje

En los países colonizados por España se produjo un continuo proceso de mestizaje. Esto quiere decir que una parte muy importante del encuentro de los españoles con los pobladores indígenas, y más tarde también con los africanos esclavizados, dio origen a una población mestiza.

Los mestizos recibieron una herencia combinada, pues biológicamente juntaban rasgos diferentes, provenientes de sus padres. El mestizaje asimismo generó múltiples combinaciones en cuanto a la herencia social y cultural, pues se crearon nuevas maneras de clasificar a las personas, al tiempo que las cosmovisiones y los saberes de los pueblos se intercambiaban y surgían nuevas tradiciones.

El mestizaje se dio sobre la base de relaciones de poder muy desiguales, con expresiones claras de la violencia que caracterizaron a la conquista y a la colonización y, en gran medida, como producto de la imposición de la voluntad de los hombres españoles.

VII. El debate sobre la humanidad de los indígenas

La gravedad de la situación de los indígenas obligó a la Corona española a encontrar una “manera justa” de efectuar la conquista y así justificar su presencia en América. Por ello, el rey Carlos V ordenó que una Junta de Consejeros decidiera un método para tratar a los indígenas.

La Junta sesionó en Valladolid entre 1550 y 1551. Ante ella se presentaron los religiosos Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas, quienes defendieron posiciones opuestas sobre la naturaleza de los indígenas y el derecho de España a dominarlos.

Hubo debates en pro y en contra del sometimiento indígena:

1. Ginés de Sepúlveda: Ginés de Sepúlveda fue el principal defensor ideológico de la ocupación española de América. Consideró legítimo y necesario el uso de la guerra para conquistar y evangelizar a los indígenas debido a su“ barbarie”. Sus razones fueron que la “naturaleza ignorante e inhumana” de los indígenas los hacía reacios a aceptar la “superioridad natural” de los cristianos europeos. En su concepto, la idolatría indígena se manifestaba en la práctica de ritos “monstruosos” como el canibalismo y los sacrificios humanos.

2. Bartolomé de Las Casas: De las Casas mostró, mediante las expresiones culturales de los pueblos indígenas, que estos eran seres racionales. Además, justificó los sacrificios humanos que ellos practicaban como la más alta expresión de servicio a Dios.

En lo ético, demostró cómo estas sociedades tenían una moral social rígida que castigaba desde el adulterio hasta el asesinato. Destacó, asimismo, la preocupación de los incas por los necesitados. En suma, señaló que los indígenas debían ser respetados y se debía proceder a su evangelización pacífica.[1]


[1]- Constanza Icaza Castro, Karen Escobar Tapia, Natalia Catalán Ávila, Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Editorial Santillana, Santiago de Chile, 2014, pp. 98-112

 




Actividad de comprensión Los valores en una ilustración. Educación religiosa, 6º

Un gran saludo. Bienvenidos

Colegio Técnico Benjamín Herrera, IED

Educación religiosa, 6° 

Las religiones de Oriente

El budismo

13-16 de octubre 

Actividad

de comprensión

Los valores en una ilustración

 

Instrucciones

1. En anteriores actividades hemos trabajado el concepto de valor. Teniendo en cuenta esto, leemos con cuidado el texto y elegimos el valor que consideremos más importante del budismo, y lo representamos en una imagen.

 

¿Qué es el budismo?

El budismo es tanto una religión como una doctrina filosófica y espiritual no teísta, es decir, que no plantea la existencia de un dios o un creador específico. Pertenece a la familia dhármica de creencias provenientes de la India. Como filosofía, apunta al ascetismo y la contemplación, basándose en los antiguos sistemas de creencias de las religiones védicas. En su seno se dan un conjunto de tradiciones, creencias, ritos y prácticas espirituales que varían según la rama del budismo a la que se refiera. Todas ellas tienen en común las enseñanzas de Siddharta Gautama, un asceta y maestro espiritual mejor conocido como Buda.

En tanto doctrina, el budismo no se centra en la reverencia o devoción de ningún dios, sino en el desarrollo espiritual de cada individuo. La misma se logra a través de la contemplación profunda de la vida y de la práctica del desapego, de la meditación y de la trascendencia de los placeres y deseos mundanos.

 

I. Origen del budismo

El budismo surgió en el noreste de India entre los siglos VI y IV a. C.

Era un momento de grandes cambios sociales e intensas actividades religiosas.

La religión brahmánica imperante (perteneciente a las castas superiores) se hallaba en un momento de crisis.

Con un clima propicio para las transformaciones culturales, muchos estudiosos tendieron a la reinterpretación de los textos védicos, mientras otros experimentaron con nuevas formas de misticismo.

Hacia el siglo III a. C. las enseñanzas del maestro y fundador del budismo, conocido como Buda, se habían expandido rápidamente hasta convertirse en la religión mayoritaria. Finalmente, el emperador indio Aoka la proclamó la religión oficial de su gobierno.

 

II. Historia del budismo

El budismo imperó en India hasta el siglo VII d. C. En ese momento  sufrió un dramático descenso en el número de practicantes debido a las invasiones de los hunos alchon y al enfrentamiento con otras religiones védicas, como el hinduismo.

Sin embargo, su importancia en las naciones vecinas fue en aumento. Como consecuencia, en el siglo XIII había prácticamente desaparecido de la India, pero se había propagado al Asia central y del sureste, gozando de seguidores en China, Corea y Japón.

Además de constituir uno de los pilares de la cultura espiritual asiática, a partir del siglo XX se volvió también popular en Occidente. La naturaleza universalista de sus creencias le ha permitido adaptarse a diversas culturas, lenguas y sociedades. Así se convirtió en una de las religiones más grandes del mundo.

 

III. ¿Quién fue su fundador del budismo?

El fundador del budismo fue Siddharta Gautama, también conocido como Buda Gautama, Sakiamuni (“el sabio de los Sakia”) o simplemente como Buda. Sin embargo, “Buda” (del sánscrito Buddha) es un título espiritual védico, que significa más o menos “el que ha despertado” o “el iluminado”.

Esto significa que el mismo nombre se da a quienes han logrado la verdadera iluminación espiritual. En ese sentido, el fundador del budismo no era el primer buda ni mucho menos el único, pero fue quizá el más importante asceta y sabio de la época.

Siddharta Gautama nació en Kapilavatthu, en la cordillera de los Himalayas, en la desaparecida república Sakia. Se dice que existió entre 563 y 483 a. C., aproximadamente, aunque existen discrepancias respecto a su fecha de nacimiento.

Gracias a su peregrinaje, las bases del budismo llegaron a toda la región. Siddharta enseñaba una vía intermedia entre el hedonismo y el ascetismo. Sus enseñanzas eran inicialmente transmitidas oralmente, hasta que los primeros textos aparecieron cuatro siglos luego de su muerte.

Mucho de lo que se sabe la vida de Siddartha proviene de relatos y leyendas. Se sostiene que fue noble de nacimiento pero renunció al palacio y a su vida de lujo a los 29 años, convencido de haber dado con la verdad interior de la existencia.

 

IV. Principios filosóficos del budismo

El budismo como doctrina puede variar enormemente dependiendo de la rama que se practique, pero usualmente contempla los mismos principios filosóficos, que pueden resumirse en:

1)      Las tres marcas o las tres realidades. Según el budismo, la naturaleza del mundo de lo percibido, es decir, del que arrojan los sentidos, se define por tres características fundamentales: Anitya (impermanencia), Anātman (insustancialidad) y Dukha (sufrimiento, descontento).

2)      El karma. Toda acción intencional, según el budismo, crea uno o varios efectos que se percibirán luego, cuando las circunstancias sean las correctas. El karma puede ser “bueno” o “malo”, dependiendo de la naturaleza de la acción, y se puede manifestar según cuatro tipos:

a)       Karma oscuro con resultado oscuro

b)      Karma brillante con resultado brillante

c)       Karma oscuro y brillante con un resultado oscuro y brillante

d)      Karma ni oscuro ni brillante con un resultado ni oscuro ni brillante

Así el karma se da en una variedad de motivaciones complejas. El karma determina el destino previsible de las personas en base a cuatro tipos:

a)       Quien hace el mal y va a un infierno, estado de degeneración o renacimiento inferior.

b)      Quien hace el mal y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.

c)       Quien hace el bien y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.

d)      Quien hace el bien y va a un infierno, estado de degeneración o renacimiento inferior.

Debe notarse que cielo e infierno no tienen que ver con destinos luego de la muerte, sino estados del espíritu.

a)       Samsara. Las religiones occidentales, tienen una concepción del tiempo lineal y al final de la vida vendría una recompensa o un castigo. Por el contrario, el budismo contempla un tiempo circular, que se repite eternamente en un ciclo de nacimiento, sufrimiento y reencarnación, conocido como Samsara.

b)      Nirvana. El estado de iluminación espiritual al que todo budista aspira. Se explica en términos místicos como la elevación por encima de la rueda eterna de nacimiento, sufrimiento, muerte y reencarnación.

 

V. Creencias del budismo

Las creencias del budismo pueden expresarse a través de las llamadas Cuatro Nobles Verdades, expresadas por Buda en su primer discurso (Sutra) luego de la iluminación:

a)       La vida incluye el dukha. La vida es imperfecta, y existir es convivir con la insatisfacción y el sufrimiento, que son universales. Este es el punto de partida de toda práctica budista.

b)      El origen del sufrimiento es el tṛṣṇā. El sufrimiento de la vida se origina en el deseo, el anhelo, el ansia que causan los sentidos o el placer sensual, y la creencia de que alguna acción nos llevará a la satisfacción de dicho deseo, pero ello es una ilusión, pues el “yo” es una ilusión de la mente.

c)       Existe el cese del dukha. Esto es, el sufrimiento cesa con el abandono de los deseos, lo cual se logra enfrentando la vida como realmente es, y comprendiendo las causas del sufrimiento propio como algo que anida en nosotros.

d)      Existe un método para extinguir el sufrimiento. A este camino el budismo lo denomina el “Noble camino óctuple”. Consiste en la búsqueda de un punto medio, evitando las excesivas satisfacciones y las excesivas mortificaciones, a través de la conducta ética, la meditación, la atención plena y consciencia del presente de manera continua.

 

VI. Símbolos del budismo

Es común el uso de ciertos símbolos en la práctica o enseñanza del budismo, como son:

a)       La rueda del Dharma. Conocida como dharma chakra, representa el Noble Camino Óctuple que Buda enseñó a sus discípulos.

b)      El nudo sin fin. Llamado srivatsa en sánscrito y empleado en el budismo tibetano, simboliza la eterna sabiduría de Buda, ya que no tiene ni principio ni fin.

c)       El árbol de Bodhi. Se trata del árbol en el que Buda se sentó a meditar en Bodh Gaya, hasta alcanzar la iluminación.

d)      La flor de loto. Símbolo de la pureza mental que flota por encima del lodo de lo cotidiano.

 

VII. Ramas del budismo

El budismo tiene tres ramas diferentes:

a)       Therevada. La “doctrina de los ancianos”, es la vertiente más conservadora respecto al dharma (doctrina) y vinaya (disciplina monástica). Se desarrolló tempranamente en Sri Lanka y luego se expandió al resto de Asia.

b)      Mahayana. Practicado en China, Japón, Tibet, Corea, Vietnam y Taiwán, inició en el siglo I d. C. y comprende las enseñanzas de Buda más como un método que como una doctrina.

c)       Vajrayana. Nacido del Mahayana, se diferencia de éste en la adopción de “métodos hábiles” o upaya, como los mantras, los tantras, mandalas y otras formas de visualización.

 

VIII. Textos budistas

Originalmente el budismo se transmitía de modo oral, incluso durante siglos después de la muerte de Buda. Los primeros textos sobre sus enseñanzas son muy posteriores y provienen de Sri Lanka.

No existe un corpus común o hegemónico de textos budistas, ya que cada tradición los elige, lee y ordena de forma diferente. Sin embargo, suelen ser una combinación de textos budistas pali y sánscrito de la India, como es el Canon Pali, la colección “estandar” de enseñanzas de Buda.

 

IX. Lugares sagrados del budismo

a)       Lumpini (Nepal). Lugar de nacimiento de Buda.

b)      Bodh Gaya (India). Aquí alcanzó la iluminación.

c)       Sarnath (India). Donde dio su primer sermón.

d)      Kushinagar (India). Lugar de su fallecimiento.

 

X. Seguidores del budismo en el mundo

Se estiman en unos 400 a 1000 millones de personas en todo el mundo. El país con mayor cantidad de seguidores del budismo en la actualidad es China.[1]



[1]. Julia Máxima Uriarte. "Budismo". En Caracteristicas.co. 13 de abril de 2020. Disponible en: https://www.caracteristicas.co/budismo/.



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