Buscar este blog

lunes, 13 de abril de 2020

Taller Ciencias sociales, 7°

Bienvenidos

Taller Ciencias sociales, 7°. Semana 13-17 de abril de 2020



Colegio Técnico Benjamín Herrera IED
Área Ciencias Sociales
Ciencias sociales, 7°
Semana 13-17 de abril de 2020
Tiempo: 3 horas y 40 minutos

Taller
Responda en cuaderno de notas:
1. ¿Por qué hablamos de “fin de la edad Media”?
2. ¿Cuándo terminó en cada una de las “edades medias”?
3. ¿En qué consistió la “crisis del siglo XIV”?
4. ¿De qué manera el surgimiento de los estados europeos contribuyó al fin de la Edad Media?
5. El conocimiento geográfico mediante la navegación, ¿contribuyó al final de la Edad Media?
6. Entre los cambios de pensamiento o manera de ver el mundo, ¿cuál afectaría de manera objetiva la nueva visión del mundo y final de la Edad Media?
7. Subraye palabras desconocidas y elabore un glosario.

El fin de la Edad Media
Como recordarán, en nuestras clases hemos señalado que la Edad Media llegó a su fin, de manera paulatina, tanto en Occidente (hacia el año 1543, con el cambio en el conocimiento y la concepción del mundo mediante la puesta en escena del sistema copernicano), en Oriente (con la toma de Constantinopla por los turcos en 1453) y el mundo islámico (en 1492, con la toma de Granada por los españoles de los llamados reinos cristianos peninsulares, en el proceso de Reconquista).
Por supuesto, la Edad Media no acabó de forma repentina. No obstante, sería falso considerar la historia como una perpetua continuidad y, por tanto, al renacimiento, periodo que vino después, como una mera continuación de la Edad Media. De allí que una serie de sucesos se sumaron a lo anterior, poniendo fin a esta larga noche de mil años.
Así, por ejemplo, durante el siglo XIV Europa se vio asolada por una serie de guerras, epidemias y hambres que provocaron una profunda crisis. Sin embargo, a mediados del siglo siguiente, las poblaciones se recuperaron y los grandes estados europeos se fortalecieron, iniciando su expansión hacia otros continentes.

La crisis del siglo XIV
El crecimiento económico y demográfico que se había producido en los siglos XII y XIII quedó drásticamente frenado por la crisis, cuyas causas fueron:
Las calamidades naturales: el exceso de lluvias, con las consiguientes inundaciones, y la reducción de las horas de sol, perjudicaron a los cultivos. La sucesión de malas cosechas redujo la cantidad de alimentos disponibles y la población padeció hambre y desnutrición.
La peste negra: la epidemia llegó a Europa en 1348, transmitida por las ratas que viajaban en los barcos procedentes de Oriente, y sobre una población debilitada por el hambre resultó devastadora. Nuevos brotes de la epidemia se sucedieron posteriormente, de manera que, entre 1300 y 1400, Europa pasó de setenta y tres millones de habitantes a tener sólo cuarenta y cinco.
Las guerras: los ataques de mongoles y turcos en el Este y, sobre todo, la guerra de los Cien Años (1337-1453), que enfrentó a Francia e Inglaterra y afectó también a España y los Países Bajos. Además, se sucedieron los conflictos entre los numerosos estados alemanes y entre las ciudades italianas.

Formación de los estados europeos
En España, el final de la Edad Media musulmana tuvo como causa la unificación de los reinos católicos en cuya cabeza se hallan Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, dando así origen a lo que sería España. Efectivamente, el 2 de enero de 1492 se completaba la definitiva reconquista del último bastión musulmán, en lo que habría de convertirse en España, a manos de los reyes cristianos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, conocidos como los Reyes Católicos. Esta pintura historicista del siglo XIX, realizada por Francisco Pradilla, representa la rendición de la ciudad de Granada por parte del último rey Nazarí, Boabdil, a los Reyes Católicos.

Otros estados europeos
En Alemania, los emperadores vieron limitada su autoridad al ámbito germano, si bien el territorio permaneció dividido en múltiples estados. El poder imperial terminó quedando adscrito a la Casa de Luxemburgo y, después, a la de Habsburgo.
La guerra de los Cien Años se inició como consecuencia de la muerte sin heredero de Carlos IV de Francia (1322-1328). Los barones franceses eligieron como sucesor a Felipe de Valois (1328-1350), que no fue aceptado por Eduardo III de Inglaterra (1327-1377), vasallo del rey francés por los territorios que poseía en Francia.
La primera fase de la guerra fue desastrosa para Francia, que además sufrió una serie de rebeliones populares y enfrentamientos civiles. Juana de Arco (1412-1431) encarnó el sentimiento popular francés en contra de la dominación inglesa.
En el reinado de Carlos VII (1422- 1461), los franceses expulsaron a los ingleses de casi todo el continente, con la excepción de Calais.
En Inglaterra estalló a continuación la guerra de las Dos Rosas (1455- 1485), entre las casas de Lancaster (rosa roja) y York (rosa blanca). El conflicto concluyó cuando Enrique VII (1485-1509), heredero de ambas casas, ascendió al trono fundando la dinastía Tudor.
En el este de Europa se produjo la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos (1453), lo que puso fin al Imperio bizantino. La herencia ortodoxa y bizantina fue recogida por el príncipe de Moscú, Iván III el Grande (1462-1505).
Jan Hus (1369-1415), criticó los errores del Papado y propuso una reforma de la Iglesia con fuertes connotaciones nacionalistas. Sus ideas encontraron numerosos adeptos en su tierra, Bohemia. Murió en la hoguera en Constanza, en 1415.

La expansión ultramarina
La conquista de Constantinopla por los turcos en 1453 interrumpió la ruta terrestre hacia Oriente, lo que obligó a los comerciantes europeos a buscar nuevas rutas que alcanzaran por mar las tierras de las preciadas especias.
Los primeros grandes navegantes fueron los portugueses, protegidos por sus reyes y por el príncipe Enrique el Navegante (1394-1460). En la empresa descubridora contaron con adelantos técnicos como la carabela (un tipo de embarcación adecuado para la navegación atlántica), la brújula, el astrolabio, los atlas y los portulanos (colecciones de planos de puertos).

Los cambios en el pensamiento
Si la alta edad media estuvo caracterizada por la consecución de la unidad institucional y una síntesis intelectual, la baja edad media estuvo marcada por los conflictos y la disolución de dicha unidad. Fue entonces cuando empezó a surgir el Estado moderno —aun cuando éste en ocasiones no era más que un incipiente sentimiento nacional— y la lucha por la hegemonía entre la Iglesia y el Estado se convirtió en un rasgo permanente de la historia de Europa durante algunos siglos posteriores. Pueblos y ciudades continuaron creciendo en tamaño y prosperidad y comenzaron la lucha por la autonomía política. Este conflicto urbano se convirtió además en una lucha interna en la que los diversos grupos sociales quisieron imponer sus respectivos intereses.

Los cambios en la concepción política
Una de las consecuencias de esta pugna, particularmente en las corporaciones señoriales de las ciudades italianas, fue la intensificación del pensamiento político y social que se centró en el Estado secular como tal, independiente de la Iglesia.

Los cambios en la manera de ver el mundo
Aunque este desarrollo filosófico fue importante, la espiritualidad de la baja edad media fue el auténtico indicador de la turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo caracterizada por una intensa búsqueda de la experiencia directa con Dios, bien a través del éxtasis personal de la iluminación mística, o bien mediante el examen personal de la palabra de Dios en la Biblia. En ambos casos, la Iglesia orgánica —tanto en su tradicional función de intérprete de la doctrina como en su papel institucional de guardián de los sacramentos— no estuvo en disposición de combatir ni de prescindir de este fenómeno.
Toda la población, laicos o clérigos, hombres o mujeres, letrados o analfabetos, podían disfrutar potencialmente una experiencia mística. Concebida ésta como un don divino de carácter personal, resultaba totalmente independiente del rango social o del nivel de educación pues era indescriptible, irracional y privada. Por otro lado, la lectura devocional de la Biblia produjo una percepción de la Iglesia como institución marcadamente diferente a la de anteriores épocas en las que se la consideraba como algo omnipresente y ligado a los asuntos terrenales. Cristo y los apóstoles representaban una imagen de radical sencillez y al tomar la vida de Cristo como modelo de imitación, hubo personas que comenzaron a organizarse en comunidades apostólicas. En ocasiones se esforzaron por reformar la Iglesia desde su interior para conducirla a la pureza y sencillez apostólica, mientras que en otras ocasiones se desentendieron simplemente de todas las instituciones existentes.
En muchos casos estos movimientos adoptaron una postura apocalíptica o mesiánica, en particular entre los sectores más desprotegidos de las ciudades bajomedievales, que vivían en una situación muy difícil. Tras la aparición catastrófica de la peste negra, en la década de 1340, que acabó con la vida de una cuarta parte de la población europea, bandas de penitentes, flagelantes y de seguidores de nuevos mesías recorrieron toda Europa, preparándose para la llegada de la nueva época apostólica.
Esta situación de agitación e innovación espiritual desembocaría en la Reforma protestante; las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del Estado nacional moderno y la continua expansión económica y mercantil puso las bases para la transformación revolucionaria de la economía europea. De este modo las raíces de la edad moderna pueden localizarse en medio de la disolución del mundo medieval, en medio de su crisis social y cultural.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Muchas gracias por su comentario.

Últimas publicaciones

Una tarde de lluvia y otros relatos, Efrén Mesa Montaña, 2022

Un gran saludo. Bienvenidos Una tarde de lluvia y otros relatos Una tarde de lluvia y otros relatos, Ediciones Antropos, Bogotá, 2022, 168 ...

Archivo del Blog