Bienvenidos
Educación religiosa, 6°
Historia de la religión en Europa
El
cristianismo en la Edad Media
Siglos
V-XV
Semana 21-24 de julio
Actividad
Ejercicio
de comprensión
1. En clase anterior ya hemos leído el texto y realizado actividad. Lo
que haremos ahora es muy sencillo: leeremos de nuevo el texto y nos
imaginaremos su contenido en imágenes.
2. Así, por cada uno de los títulos y subtítulos, realizaremos una
ilustración. Para ello, como en este caso, hay un título y cinco subtítulos, lo
que quiere decir que se harán seis ilustraciones, en seis recuadros, cada uno
con su respectivo nombre.
El cristianismo en la Edad
Media. Siglos V-XV
La Iglesia en la Edad Media fue una
institución muy poderosa, ya que fue una época profundamente religiosa. Por
eso, la Iglesia católica tuvo mucha influencia sobre la sociedad y, aunque
existían otros credos, en el siglo XI Europa era en gran parte cristiana. Más
allá de las fronteras que separaban los reinos europeos nació un nuevo concepto
de unión: la cristiandad.
A pesar de estos logros, la
cristiandad se vio profundamente afectada cuando el año 1054, los obispos
bizantinos negaron la autoridad del Papa provocando el llamado cisma de Oriente. Desde entonces, el
mundo cristiano europeo se dividió en dos: Oriente optó por la
Iglesia griega ortodoxa, mientras que Occidente se mantuvo fiel a la Iglesia
católica romana.
En Occidente, la Iglesia se vinculó
estrechamente a la sociedad feudal; la misma Iglesia era un gran
poder feudal, pues poseía la tercera parte de la propiedad
territorial del mundo católico y entre otras cosas, tenía derecho al diezmo,
que era le décima parte de las cosechas de toda la gente.
Además, muchos miembros de la nobleza
llegaron a ser obispos. Ellos recibían su diócesis como
concesiones de los reyes o de otros nobles y al igual que cualquier otro señor
feudal, disponían
de feudos y de numerosos vasallos. Como consecuencia de esto, la
Iglesia se secularizó y sus costumbres se
relajaron.
Cristiandad e
Iglesia
Hace unos mil años casi toda Europa
Occidental empezó a llamarse la cristiandad, porque todos
sus reinos acataban la autoridad del Papa y todos sus habitantes profesaban el
cristianismo.
Todos los territorios cristianos se
consideraban un único imperio y sus figuras más importantes eran el Papa y el
emperador. La Iglesia era entonces muy poderosa; los obispos y los abades
poseían grandes extensiones de tierra; los clérigos, que eran casi las únicas
personas cultas, se encargaban de educar a los jóvenes, socorrían a los pobres
y era los principales consejeros de los reyes.
Los otros credos
A pesar de que en el siglo XI Europa
Occidental era en su mayoría cristiana, existía una minoría que lo no era:
judíos y musulmanes. Los judíos vivían dispersos
en muchas ciudades europeas dedicados, sobre todo, al comercio. Este grupo
religioso no era muy querido.
Los cristianos lo toleraban, aunque,
en muchas ocasiones, los persiguieron por sus ideas. Desde el siglo VIII, los
musulmanes ocupaban casi toda España. Allí formaban un grupo muy poderoso cuya
capital se hallaba en la ciudad de Córdoba.
La organización de
la Iglesia en la Edad Media
La Iglesia en la Edad Media tenía
mucho poder. Esto se debía a su enorme riqueza, a su clara organización y a su
importancia cultural, que se contraponía al desorden, la ignorancia y la
violencia de la sociedad feudal. Todos los miembros de la Iglesia conformaban
el clero, que se dividía en dos: el clero secular y el clero regular. El jefe
espiritual de todos era el Papa.
El clero secular
Con el nombre de clero secular se
designaban a aquellos miembros de la Iglesia que vivían en el mundo, mezclados
con los laicos: el Papa, los arzobispos,
los obispos y
los párrocos.
Los párrocos se hallaban al mando de pequeños distritos llamados parroquias.
Varias parroquias formaban una diócesis, cuyo jefe era un
obispo, y varias diócesis formaban una arquidiócesis, dirigida por
un arzobispo.
El clero regular
A partir del siglo VI se organizó en
Occidente el clero regular. A diferencia del clero secular, sus miembros optaron
por aislarse del mundo y vivir en monasterios regidos por
un abad.
Seguían, además unas reglas específicas. En
Occidente, el monacato lo inició San Benito de Nursia, quien
fundó la orden benedictina.
Su regla se basaba en el lema ora
et labora, es decir, reza y trabaja. Al mismo tiempo, la orden
benedictina obligó a sus miembros a cumplir votos de obediencia, castidad y
pobreza. La regla de San Benito fue respaldada por el Papado.
Referencias:
Fragmento de “La Iglesia en la Edad Media”.
Tomado de: https://mihistoriauniversal.com/edad-media/la
iglesia-en-la-edad-media/