Bienvenidos
Colegio Técnico Benjamín Herrera
Área de Ciencias Sociales, jt
Educación religiosa, 10°
Nietzsche y el idealismo
Actividad: entrevista
Semana del 27-30 de abril
Lea con atención el siguiente texto, teniendo en cuenta, primero, los
principales planteamientos y, segundo, los conceptos primordiales de la
lectura. Como proceso de comprensión, realice en cuaderno, una entrevista (por
ejemplo, dos estudiantes que se reúnen para discutir el tema), con un mínimo de
diez preguntas. Escanee o fotografíe y envíe.
Nietzsche y la “muerte” de Dios
El filósofo alemán, Friedrich
Nietzsche (1844-1900), cuyo pensamiento está considerado como uno de los más
radicales, ricos y sugerentes del siglo XX, quien no conocía el trabajo de
Kierkegaard, transformó el pensamiento
existencialista posterior a través de su crítica de las tradicionales
suposiciones metafísicas y morales, y
su adopción del pesimismo trágico y de la voluntad individual afirmadora de la
vida que la opone a la conformidad moral de la mayoría. Así, en oposición a
Kierkegaard, cuyo ataque a la moral convencional le llevó a defender un
cristianismo radical e independiente, Nietzsche afirmó en La gaya ciencia (1882) que “Dios está muerto”, y rechazó toda la tradición moral judeocristiana en favor
de los heroicos ideales paganos.
Sin embargo, es en su
obra Así habló Zaratustra, donde
plantea con mayor rigor este planteamiento. La primera parte de la obra tiene como
tema central la “muerte de Dios”, y en ella habla Nietzsche de tres figuras
fundamentales del espíritu: el camello (que soporta el dominio de la moral), el
león (que crea una nueva moral) y el niño (que crea nuevos valores mediante el
juego); asimismo, propone la necesidad de considerar las virtudes tradicionales
como “adormideras”, que impiden ver los valores verdaderos y reivindica la
necesidad de imaginar el nuevo sujeto humano como alguien que se atreve a
experimentar.
Nietzsche
está en contra de la moral de rebaño,
la que propician las religiones, principalmente el cristianismo, aunque no
niega la importancia de la moral cristiana que ha ayudado a la educación del
hombre. La moral ha servido principalmente para mantener el funcionamiento de
la comunidad e impedir su destrucción, dice, porque en cuanto a la
supervivencia y bienestar de toda la población aún no los ha conseguido.
Nietzsche sostuvo que había dos tipos fundamentales de moral: la moral de
amos y la moral de esclavos.
La moral del amo
valora el orgullo, la fortaleza y la nobleza, mientras que la moral de esclavos valora cosas
como la amabilidad, la humildad y la compasión.
La moral de los
señores o de amos, es el tipo
de moral según
Nietzsche, aceptada en la antigüedad clásica, especialmente en Roma, donde la
virtud es sinónimo de virilidad, valor, audacia, valentía. Según este tipo
de moral, se rinde culto a
la fuerza y al dominio. La moral
tradicional o de esclavos (la moral cristiana) es “antinatural” pues presenta leyes que van
en contra de las tendencias primordiales de la vida; es una moral de resentimiento contra los
instintos y el mundo biológico y natural.
Por
ello, para Nietzsche, un hombre superior crea sus propios valores, sin Dios. Cuando
Nietzsche se refiere a una postura más allá del bien y del mal, quiere decir
superar la moral del rebaño porque favorece a la mediocridad e impide el
surgimiento del hombre superior. Sin embargo, esto no significa que deban
abandonarse los valores, porque el hombre que rechaza la fuerza de la moral
puede llegar a destruirse a sí mismo.
Solamente
el hombre superior podrá ir más allá del bien y del mal y crear valores que
serán expresión de una vida superior que le permitirá trascenderse a sí mismo
hacia el nivel de superhombre, como una forma más elevada de existencia humana.
Nietzsche rechaza del cristianismo el desprecio por los instintos, por la mente
libre y los valores estéticos, pero a la vez, él no busca que el hombre se
convierta en un torbellino de pasiones desatadas.
Por ello,
“la muerte de Dios” significa que la fe en el Dios Cristiano no se puede
mantener, con sus mandatos y prohibiciones que coartan la creatividad y el
desarrollo total del hombre en este mundo; porque es hostil a la vida y es un
signo de debilidad y cobardía.
La “la
muerte de Dios” no significa
que Nietzsche creía
que existía un Dios y
había muerto. En realidad,
la frase del filósofo alemán es una metáfora. En su frase, Nietzsche expresa que no
solo Dios murió, sino
que el ser humano que lo mató con el propósito de llegar a un mayor
entendimiento del mundo. Con la llamada muerte de Dios, se supone que el hombre ya no depende
de Dios y ya no está
sometido a su voluntad por lo que puede
buscar nuevos valores, sus propios valores. lo que dará paso al superhombre.
Además,
el rechazo de Dios de Nietzsche pone de manifiesto su desprecio por la
influencia que las religiones tienen sobre los hombres débiles, al torturar sus
conciencias e impedir el desarrollo de hombres superiores. El rechazo de todos
los valores que surge de la falta de objetivo de la vida, constituye la
característica esencial del nihilismo, un gran peligro para el hombre débil que
no conoce otra cosa; porque significa la ausencia de valores y el
reconocimiento de la carencia de sentido de la vida. Mientras que el nihilismo activo es el que busca el
cambio y el nuevo horizonte de un tipo superior de hombre.
Por ello, en contraposición a la moral del
rebaño, Nietzsche propone el superhombre, esto es, un hombre de
trascendencia, que se supera a sí mismo y a la naturaleza humana. En esencia,
un superhombre es
aquel que ha superado la esclavitud de la condición humana y ha alcanzado un
verdadero estado de libertad: de libre juego y creatividad. Nietzsche decía que en la
evolución de la
historia el hombre ha creado un concepto de Dios, ha desarrollado un pensamiento trascendente de la vida y ha formado
unos valores. Así, el autor
alemán propone que la “muerte de Dios”
y la desaparición de todo valor y pensamiento trascendente
lleva a la divinización del hombre.