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lunes, 24 de agosto de 2020

Educación religiosa, 6° Religión y naturaleza La religión, sus orígenes y sus funciones Semana 24-28 de agosto Ejercicio de comprensión

Bienvenidos

Colegio Técnico Benjamín Herrera, IED
Educación religiosa, 6°
Religión y naturaleza
La religión, sus orígenes y sus funciones

Semana 24-28 de agosto
Ejercicio de comprensión


  1. Leemos nuevamente y con mucha atención el texto, y subrayamos aquellas palabras relacionadas con el tema (aparte de las que ponemos como ejemplo)buscamos su significado y respondemos en la tabla anexa.
  2. Realizar en cuaderno.

Los orígenes de la religión: ¿cómo apareció y por qué? Un fenómeno prácticamente universal con un inicio antiquísimo. ¿Cómo aparecieron las religiones?

Oscar Castillero Mimenza
Disponible en: https://psicologiaymente.com/psicologia/origenes-de-religion
Las obras de arte más antiguas ya expresan pensamientos religiosos. En la imagen, una figura de bisonte de hace unos veinte mil años encontrado en Abri de la Madeleine. A lo largo de la historia la fe y la religión han sido una parte importante de la sociedad, preocupando ofrecer una explicación a lo desconocido. Hoy en día el cristianismo, el islam, el judaísmo, el hinduismo y el budismo son las cinco religiones mayoritarias, si bien existen otras muchas profesiones religiosas.
Y otras muchas más han aparecido y desaparecido en el tiempo. Pero las diferentes religiones no han surgido de la nada, sino que en algún momento de la historia el ser humano empezó a tener y estructurar este tipo de creencias. En este artículo vamos a intentar hacer una breve reflexión respecto a los posible orígenes de la fe religiosa.
¿Qué es la religión?
Entendemos por religión a todo conjunto organizado y estructurado de creencias, de carácter generalmente místico y espiritual que permiten al ser humano buscar y elaborar una explicación del mundo y la realidad y que se expresa en rituales. La religión ofrece una explicación del mundo y un marco de interpretación de la realidad basado en la fe, a menudo empleando numerosos simbolismos para procurar hacer entendibles sus preceptos. Por lo general incluyen, además de ello, una serie de normas o preceptos que permiten regir la conducta y facilitan la creación y mantenimiento de una comunidad.
Suelen vincularse o hacer uso de elementos sobrenaturales y hechos no explicables a partir de los conocimientos empíricos del momento. También es habitual que intenten dar explicación a fenómenos complejos, tales como el motivo de nuestra existencia y nuestra aparición en el mundo, y uno de los temas comunes a casi todas ellas es la preocupación de lo que ocurre en el momento y después de morir. Por lo general la fe se sostiene por sí misma, siendo resistente a modificaciones y a la falsación.
Algunas religiones tienen además la noción de la existencia de deidades, sea una (religión monoteísta) o múltiples (religión politeísta), si bien no todas las religiones consideran la existencia de un ser superior capaz de regirnos o con capacidad para influir en nuestra suerte o destino.
La religión a lo largo de la evolución
Resulta difícil determinar en qué momento de la evolución humana empezaron a surgir las creencias religiosas, no pudiéndose por el momento determinar cuándo surgieron las primeras religiones organizadas dado que el origen se remonta a la prehistoria (no habiendo registros escritos al respecto).
Lo que sí podemos determinar es que existen fuertes indicios que hacen evidente que la religión es anterior incluso al Homo Sapiens, siendo las primeras creencias de tipo religioso anteriores a la expansión de nuestra especie.
Concretamente sabemos que nuestros parientes los neandertales ya realizaban enterramientos rituales, algo que deja ver la existencia de un sentido de la muerte y una preocupación sobre lo que ocurre después de ella. Así mismo, en los restos de asentamientos de algunas tribus o clanes parece observarse algún tipo de culto a algunos animales, como a los osos.
Evolución de la psique
Otro aspecto a destacar es la consideración de qué posibilita el surgimiento del pensamiento religioso. En este sentido es necesario tener una serie de capacidades mentales básicas: es necesaria capacidad de abstracción, la existencia de una teoría de la mente (que permite al sujeto darse cuenta de que los demás tienen su propia perspectiva y objetivos y voluntades separados de los propios), la detección de agentes causales y la capacidad de realizar asociaciones complejas.
Se considera que la fe puede haber surgido o bien como una adaptación ventajosa que ha permanecido por selección natural (ya que permite la creación y cohesión grupal, facilitando la supervivencia y la reproducción) o bien como subproducto de la aparición de habilidades cognitivas como las anteriores.
El primer tipo de creencias religiosas
Otro aspecto a valorar es el hecho de que las religiones a menudo incluyen diferentes tipos de creencias, surgiendo seguramente algunos tipos de creencias antes que otras.
En este sentido se han analizado diferentes sociedades de cazadores-recolectores y los diferentes tipo de creencias que poseen, siendo ejemplo de ello el realizado en 2016 por Peoples, Duda y Marlowe en el que se valoraban animismo, creencia en dioses, creencia en la otra vida, culto a los antepasados y chamanismo.
Los resultados del estudio demuestran que el animismo, la creencia en la existencia de una fuerza vital o alma en todos los animales, plantas o incluso accidentes geológicos y fenómenos naturales, poseyendo estos una voluntad propia, es el tipo de creencia de tipo religioso más extendida y antigua. Este tipo de creencia sirve de base para el desarrollo posterior de la creencia en lo sobrenatural o lo místico.
Justo después de ella se sitúa la creencia en el más allá o vida tras la muerte, que se considera como uno los aspectos más comunes y antiguos de las religiones. Para esto es necesario el concepto de alma o de algo que exista más allá de la muerte, precisamente siendo necesario que haya existido el animismo anteriormente.
Tras ello puede desarrollarse la idea de alguien experto que genere normas que permitan un acceso o un contacto con el más allá. De ahí surgiría el chamán, y posteriormente la institución clerical. Este se volvería un experto en la comunicación y gestión del hecho religioso. También puede surgir la creencia en el culto a los antepasados.
Finalmente, la creencia en dioses es algo que puede derivarse de la creencia en entes superiores que pueden mirarnos y afectar a nuestras vidas, pero que parece surgir de un reflejo de la forma en que se organiza una sociedad o tribu.
Referencias bibliográficas:
Peoples, H.C., Duda, P. & Marlowe, F.W. (2016). Hunther-Gatherers and the origins of religion. Hum. Nat., 27 (3): 261-282.
Atran, S. & Norenzayan, A. (2003).Religion’s evolutionary landscape: counterintuition, commitment, compassion, communion. Behavioral and Brain Sciences.

Ejercicio de comprensión
Concepto
Definición

















































martes, 18 de agosto de 2020

Educación religiosa, 10°. La religión como producto socioeconómico Alienación de la conciencia humana

Bienvenidos


Colegio Técnico Benjamín Herrera, IED
Educación religiosa, 10°
La religión como producto socioeconómico
Alienación de la conciencia humana
Semana 18-21 de agosto
Taller
Actividad
1. Leer con atención el texto, y responder en cuaderno:
a. En términos sencillos, ¿qué es la alienación?
b. Describa la alienación, según Hegel
c. ¿Qué es la alienación para Feuerbach?
d. Describa la alienación, según Marx
e. ¿De qué manera esta formas de alienación pueden afectar la conciencia humana?

La alienación
Este término es de origen jurídico, derivado del latín alienus, ajeno, que pertenece a otro (alien), y que se aplica en las ventas o cesiones. Así, alienar un bien equivale a regalarlo o a venderlo, es decir, transmitir a otro algo que era propio. Por extensión se habla también de alienación en un sentido psicopatológico, como sinónimo de pérdida de juicio o locura. El alienado es, entonces, el enfermo mental cuya mente está escindida. Estas formas de alienación suponen también un extrañamiento o alejamiento del que se aísla respecto de una norma o de la sociedad.
El sentido propiamente filosófico de este término corresponde al de las palabras alemanas Entfremdung,Veräusserung y Entäusserung, que significan «extrañación», «distanciamiento» y «exteriorización», y expresan una extrañeza del sujeto respecto de sí mismo. No obstante, y aunque el sentido filosófico de la noción de alienación ha estado elaborado especialmente por Hegel, Feuerbach y Marx, ya en la filosofía del siglo XVIII aparece este concepto para referirse a la situación de un ser humano que depende de otro o de otros. Así, Rousseau identifica alienación con socialización mal realizada, que debe reemplazarse por una transformación de la independencia natural del hombre en libertad política, gracias a la cual, el hombre, convertido en ciudadano, esté plenamente integrado en la sociedad.

G.W.F. Hegel
Pero se debe fundamentalmente a Hegel el desarrollo de la noción de alienación, que expone principalmente en su Fenomenología del Espíritu. Para Hegel, la conciencia, originariamente ingenua, está plenamente convencida de la realidad del mundo independientemente de sí misma, pero solamente puede llegar a ser «conciencia de sí» o autoconciencia cuando ve la vinculación entre objeto (mundo objetivo «fuera» de la conciencia) y sujeto o conciencia. Partiendo de la crítica de la creencia ingenua de la existencia del mundo externo independientemente de la conciencia, Hegel muestra, mediante el análisis del proceso de tomas de conciencia parciales, cómo el espíritu humano se conquista progresivamente a sí mismo. De esta manera va oscilando entre la creencia en la realidad del objeto y la creencia en la realidad del sujeto, hasta devenir conciencia de sí en el proceso que muestra la vinculación dialéctica entre ambos polos: sujeto y objeto. En este proceso, la comprensión que el hombre busca de sí mismo le lleva a considerar toda la realidad como resultado de una Idea (sustancia espiritual o Dios), que consiste en ser un devenir que aparece bajo diversas formas o manifestaciones en el espacio y el tiempo: en cada una de estas manifestaciones la Idea se aliena, se exterioriza, de manera que todo lo que existe es una manifestación u objetivación del devenir de la Idea. Así, la naturaleza es una manifestación o autoalienación del Espíritu. Y el hombre, a su vez, es Espíritu en cuanto es objetivación o alienación de la naturaleza. La cultura es el espíritu del hombre que se objetiva, de modo que nada existe, cuyo ser no sea, a la vez, algo que se aliena siendo ya algo alienado. El inicial malestar de la conciencia separada de sí misma (alienada) es la condición del posterior movimiento, que mediante la exterioridad del mundo objetivo y las realizaciones sucesivas del arte, la religión y la filosofía, le permiten la reconquista de su propia esencia. De esta manera, a través de este movimiento dialéctico, la alienación puede superarse elaborando dichas producciones artísticas, religiosas y filosóficas. En este proceso, incluso Dios mismo es solamente un momento o una fase. Efectivamente, Dios, ser absoluto e infinito, es concebido inicialmente como un ser superior a la conciencia y alienado de ella, pero aparece al final del proceso (al final del la historia) como un resultado que realiza la alienación de las propiedades de la limitación y la finitud, que la conciencia reconocía como suyas.
Así, pues, la alienación surge cuando la realidad espiritual aparece como objeto, originando la naturaleza, cuya objetividad debe superarse (Aufhebungdialécticamente, mediante la apropiación del mundo por parte del espíritu: prácticamente, por medio del trabajo o, teóricamente, mediante el arte, la religión o la filosofía. De esta manera, al proceso de exteriorización o alienación ha de corresponder otro en sentido inverso de recuperación de lo alienado, de reconciliación del espíritu consigo mismo. El hombre ha de reconocer, por ejemplo, que el mundo de la cultura ha sido un producto necesario de la naturaleza humana, pero que, una vez creado, se ha distanciado del hombre y ha logrado dominarlo. Al hombre le toca reconocer el dominio de algo que él mismo ha creado y buscar la reconciliación con la cultura haciendo que ésta sea verdaderamente humana. Por ello, toda sociedad en la que los hechos vayan por un lado y los valores por otro es una sociedad alienada y no reconciliada consigo misma.

Ludwig Feuerbach
Feuerbach, aunque se basa en Hegel, acusa a éste de idealismo y de crear un hombre ideal que no existe. En lugar de partir de abstracciones y conceptos tales como la «idea» o el «espíritu» y del proceso que lleva a la autoconciencia, Feuerbach señala que se debe partir del hombre concreto y sensible. La sensibilidades el único punto de partida real. La filosofía no puede comenzar a partir de abstracciones tales como «el pensamiento» o «la idea». De ahí el materialismo de Feuerbach, y de ahí su crítica a Hegel. Frente a la tesis hegeliana de que la «naturaleza» es el «salir fuera de sí» del Espíritu (una forma alienada de este), Feuerbach reivindica la originalidad de la naturaleza. Por ello Feuerbach considera la filosofía hegeliana como una especie de teología racionalizada. Frente a esto, Feuerbach reduce la religión a antropología: «el secreto de la teología está en la antropología». «La esencia de Dios no es más que la esencia del ser humano; o mejor dicho, es la esencia del hombre objetivada y separada de los límites del hombre individual, real y corpóreo. Es la esencia contemplada y venerada como un ser-otro, propio y diferente del hombre. Por ello, todas las determinaciones de la divinidad lo son también del ser humano» (Feuerbach, La esencia del cristianismo, Introducción, capítulo II). Por esta razón, Feuerbach redujo la alienación al ámbito religioso porque es en la religión donde aparece manifiesta la esencia humana, ya que, en ella, el hombre manifiesta su «esencia oculta» y Dios aparece como «la esencia espiritual del hombre». Ahora bien, que Dios sea incondicionado, universal, inmutable, eterno o intemporal no significa otra cosa que la razón humana aplica a este reflejo de sí misma sus propias características. Feuerbach quiere dar a entender que el idealismo de Hegel no es más que una forma de teología que se puede explicar desde el análisis de la esencia del hombre. Por todo ello, Feuerbach considera la génesis de Dios a partir de la proyección que el hombre hace de su propia esencia.
Esta génesis se despliega en tres momentos:
a) la objetivación o puesta fuera de sí que el hombre hace de sus propias determinaciones;
b) la separación o escisión de estas propias determinaciones de su relación originaria con el hombre;
c) la extrañación, o consideración de estas determinaciones objetivadas y separadas como pertenecientes a un ser-otro, ajeno y extraño al hombre, que conducen a éste a la veneración, sometimiento y servidumbre a este ser-otro o Dios creado a imagen y semejanza del hombre. Así, en resumen, Feuerbach entiende la alienación como una proyección que el hombre hace involuntariamente de productos de su propia actividad y de su esencia para tomarlos después como cosas en sí y someterse a ellos.

Karl Marx
Marx acepta este punto de vista y, corrigiéndolo, profundiza en él: la religión es, ciertamente, escisión entre el hombre y su propia esencia, pero, si no se quiere permanecer todavía en el idealismo, hay que plantearse cuál es la verdadera causa de esta escisión y de esta pretendida esencia, y en ello radica la crítica que Marx hace del insuficiente materialismo de Feuerbach. Este autor todavía se basaba en la creencia en la existencia de una esencia humana universal e inmutable, a la que combate Marx. No hay tal esencia inmutable, sino condiciones concretas de producción, ya que lo que los hombres son es producto de su trabajo. Por ello, la base de toda alienación debe buscarse en las condiciones económicas concretas del proceso de producción. Así, toda alienación tiene una base radicalmente (de raíz) económica y social. No es, pues, una pretendida naturaleza humana la base de la alienación, sino la condición real en la que el hombre se encuentra como consecuencia de su actividad productiva en determinadas condiciones históricas. La alienación religiosa no es más que una de las diversas formas de alienación que el hombre padece. La fundamental es la alienación económica, la que aparece ligada al trabajo humano hecho bajo determinadas relaciones de producción: las que se establece entre los que poseen los medios de producción y los que sólo disponen de su fuerza de trabajo. Tal como se presenta, en los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 (editados en 1932), esta alienación, que también supone una escisión o descomposición (Zersetzung) se articula de la siguiente manera:
a) objetivación del trabajador en el producto de su trabajo: el hombre es lo que es por medio de su trabajo; pero
b) en esta objetivación se produce una enajenación, o alienación: el producto de su trabajo se le hace extraño al hombre, no le pertenece; por ello se produce
c) el dominio del objeto sobre el hombre: el hombre se convierte en siervo del objeto que él mismo ha producido. El trabajo alienado hace que todo el hombre resulte alienado: su «vida» no es, paradójicamente, más que «un medio para vivir».
En la alienación, pues, lo alienado no es solamente el producto, sino también el obrero, pues al consistir éste en su acción productiva, al ser desposeído de su mercancía, es desposeído de sí mismo: el trabajador deviene una «cosa» más, una mercancía más. Este proceso alienante que experimenta el trabajador al convertirse en «cosa» es el denominado por Marx reificación, (del latín res, en alemán Verdinglichung.
Como puede verse, Marx acepta en líneas generales el planteamiento de Feuerbach, pero, en lugar de basarlo en una alienación de una pretendida «naturaleza humana», lo basa en una raíz más profunda: el proceso de producción.
De la alienación económica surgen todas las otras formas:
-la alienación social, que existe en la sociedad en forma de lucha de clases;
-la alienación política, que se manifiesta en la separación entre sociedad civil y Estado;
-la alienación filosófica e ideológica, que consiste en una visión ideológica del mundo o en una falsa visión de la realidad;
-la alienación religiosa, que es la «conciencia subvertida» del mundo y aparece como el opio del pueblo.
La noción de alienación también ha sido estudiada desde muy diversas perspectivas. Así, forma parte también de ciertas variantes del existencialismo (Sartre, Merleau-Ponty), y ha sido estudiada también por la teología cristiana (P. Tillich) y por el marxismo no comunista (E. Fromm, J. Habermas, H. Marcuse).
En el caso del existencialismo de Sartre la alienación es entendida como el estado de la conciencia desgarrada y escindida. Dado que en el ser humano la existencia precede a la esencia, la conciencia no aparece como el fundamento de sí misma y de ahí este desgarramiento y la «pasión inútil» de querer realizar la unidad peculiar del «en sí» y del «para sí». El tema de la mirada objetivante del otro entronca con dicha concepción sartreana de la alienación.
Además, y tomando el significado del término también en su vertiente psicopatológica, algunas ramas de la psiquiatría contemporánea (especialmente la llamada antipsiquiatría) han puesto de manifiesto que no deben separarse las dimensiones puramente mentales de las sociopolíticas en el estudio de las diversas «alienaciones» mentales.
Por lo que se ha visto, podemos considerar que, además de la noción de fetichismo de la mercancía, pertenecen al mismo ámbito filosófico de la noción de alienación nociones tales como las de: objetivación, cosificación o reificación, extrañación, escisión, desarraigo, enajenación.
Disponible en: https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Alienaci%C3%B3n


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